viernes, 6 de noviembre de 2020

YA A LA VENTA MI LIBRO "PALABRAS A DESTIEMPO"

Hoy, por fin, puedo decir que mi sueño se ha hecho realidad.
Llevo muchos meses callándome esta noticia que me cuesta creer que hoy lo esté gritando a los cuatro vientos. 
Sale a la luz este libro que está cargado de sentimientos y emociones escondidas durante tanto tiempo. Está repleto de lo que soy y de lo que me construye. 
A partir de hoy, todo eso, lo dejo en vuestras manos, si queréis conocerme más allá. Solo espero que os guste, que podáis leerlo y sentir que sois parte de él, que encontréis en él las palabras que no lográis pronunciar o los sentimientos que cuestan expresar. Que traspase vuestra piel y sintáis. 
Que encontréis un refugio como lo encontré yo. Porque entre palabras me siento feliz y, sobretodo, me siento yo. 
Es algo que todavía no me puedo creer pero también es algo que me ha llevado a confiar y a creer en mí. 
Y todo esto también es gracias a todas las personas que han estado apoyándome desde el minuto cero, que no han dejado de insistir en que arriesgara, a pesar de que estaba convencida de que no lo conseguiría, aquí estoy comiéndome mis propias palabras. Gracias a mi familia por haberme enseñado a ser lo que soy. 
Gracias a todos mis amigos porque sin ninguno de ellos podría haber logrado esto. Y lo que queda. 
Gracias a ti que estás leyendo esto, tan solo por interesarte en ello. 
Y gracias a aquel que quiera que esta pequeña parte de mí, forme parte de su vida.









sábado, 28 de marzo de 2020

Amanecer.


¿Alguien volverá a hacerme sentir como tú lo hacías?
Es una pregunta que no paro de repetir en mi cabeza
Y es que, ahora mismo, dudo que algo iguale o supere lo que tus ojos transmitían
¿Cómo se olvida una mirada?
¿Cómo se olvidan unas manos?
Y es que ya no podré reconocerte porque tus ojos no serán los mismos
Aquellos que no necesitaban nada más que un silencio
Quizá ahora si que hagan falta las palabras
Porque el silencio no será lo mismo sin ti
Pintabas mi cuerpo con la punta de los dedos
Y ahora me enseñas que soy yo la que no pinta nada aquí
No me queda más remedio que irme
Buscando una nueva mirada que me haga sentir que soy suficiente
Buscando nuevas manos que lleguen a acariciarme el alma
Ojalá sea cierto
Pero, ahora
Me encuentro perdida
He dejado de sentirme el amanecer que tanto apreciabas
Que aparece, brilla e ilumina
Para sentirme la eterna noche oscura, fría y solitaria
¿Es aquí donde debo estar?
Yo no tengo la respuesta
Parece que una parte de mí siempre tiene que perder
Si hubiera sido un poco más valiente,
¿seguiría estando todo perdido o algo habría cambiado?
Sigo sin obtener respuesta
De eso siempre te encargabas tú
Ahora todo será diferente, nuevo y desconocido
Me da tanto miedo que prefiero esconderme detrás del silencio
Pero, estoy segura, de que acabaré volviendo
Para gritar aún más alto.

sábado, 21 de marzo de 2020

Fugaz.


Me gusta soñar
Porque puedo llegar a vivir cosas que sé que nunca ocurrirán
Luego despierto
Y me doy cuenta de que no estás
Se presenta un día más en el que tengo que hacerme la fuerte
Y donde tengo que asimilar un poquito más la realidad
Así hasta que llegue a completar el 100%
Porque todo lo que me gustaba hacer, ya no será contigo
Porque todo lo que me hacía sentir en casa, ya no será contigo
Porque ya nadie me mirará de la manera en la que tú lo hacías
Y, joder, como duele eso
Me perdía en tus ojos que me transmitían el valor que me dabas a cada momento
¿Qué va a ser de esa sensación?
Se ha esfumado sin yo darme cuenta
Cuantas cosas nos quedaban por hacer
Por descubrir
Me levanto y me repito a mi misma que
El tiempo todo lo cura
De verdad, quiero convencerme de ello
Hay gente que dice que llegarías a romperte si yo desaparezco de tu vida
Luego estoy yo, que no dejo de convencerme de que estás mejor sin mí
Y mientras tanto, me voy rompiendo
Los recuerdos se van desvaneciendo dentro de mí
Desde la última vez que tu mano rozó mi piel
Desde la última vez que me miraste y me hiciste sentir que tenerme merecía la pena
Desde la última vez que me sonreíste haciéndome ver que todo estaba bien
Y, ahora, no me queda nada de lo que fue
Más allá de los sueños
Donde vuelvo a sonreír
Donde vuelvo a reconstruirme
Donde todo merece la pena
Y ojalá quedarme a vivir ahí
Porque significaría que no estoy rota
Pero más aún significaría
Que no te has ido

domingo, 8 de marzo de 2020

Pero si lo sé.


No llego a entender quién soy en estos mismos instantes
¿Qué me ha hecho cambiar?
¿Qué me ha hecho dejar de sentirme yo?
Ojalá lo supiera
Para poner en orden mi cabeza
¿Cómo se ordena algo que se desconoce?
Algo que no tiene color
Algo borroso
Desconozco mis miedos
Desconozco mis dudas
Desconozco mis inseguridades
Desconozco todo lo que tenga que ver conmigo misma
Miedo
a soltar el freno
A enfrentarme a una realidad que no quiero afrontar
Si, quizá sea eso
Me niego a reconocer cada cosa que siento, ¿por qué?
Qué hay de malo en dejarse llevar, en sentirse libre
Como si fuera una hoja que vuela a través de los árboles sin saber cual es su rumbo
No me importa el mañana, me repito segundo a segundo
No quiero que me importe nada más que lo que sea hoy
Pero si lo sé, ¿por qué no me dejo a mí misma cumplir con ello?
Dudas
que me invaden el espacio que quiero disfrutar
Dudo de cada palabra, de cada abrazo, de cada sonrisa, de cada mirada
Porque todo siempre desaparece con el viento, quedándose grabado en nuestra mente
Y a partir de ahí, no hay vuelta atrás
La duda te previene pero también te aleja
Y no hay mayor error que distanciarse de algo sin saber cuál será su efecto en ti
Quizá sea bueno, quizá sea malo
Pero, ¿y qué?
Lo malo se conserva en el recuerdo con el simple objetivo de no dejar de ser tú
Con ello no dejas de aprender, ni de aprenderte
Con ello no dejas de conocer, ni de conocerte
Es lo que nos mantiene en el lugar que decidimos estar
Lo bueno debe vivirse con tantas ganas que llegue a tatuarse en la piel
La base de sentirnos bien, somos nosotros mismos contando con el recuerdo y las ganas
Pero si lo sé, ¿por qué no me dejo a mí misma cumplir con ello?
Inseguridades
que se me clavan a cada paso que doy
No sentirme suficiente para nadie, hace que no me sienta suficiente para mí
Trato de buscar y buscar, para llegar a encontrar aquello que me falta
Aquello que debo tener para completar a cada persona que me rodea
Pero no lo logro
Y no me doy cuenta de que para completar a alguien, me tengo que completar yo
Y, ¿qué es sentirse completo?
Deberíamos sentirnos así simplemente con el hecho de tener aquello que necesitamos, aquello que consigue dibujarnos una sonrisa en la cara
Sentirse completo es tener un lugar en el que refugiarse si buscamos momentos de paz y soledad, es tener un hombro sobre el que llorar cuando las cosas van mal, es tener un abrazo para celebrar cada logro, es tener una mano a la que agarrarnos para no caernos o para ayudarnos a levantar, es poder recibir palabras y sonrisas que borren nuestras lágrimas
Si esto lo tenemos, ¿por qué buscamos más?
Nos empeñamos en querer todo, olvidándonos de valorar lo que ya tenemos
Y es que completar a alguien, no es darle todo de ti
Completar a alguien es no dejar de estar
Y completarte a ti mismo, no es añadir características a tu personalidad
Completarte a ti es no abandonarte ni olvidarte de que eres el principal motivo por el que debes sonreír, por el que debes vivir y por el que debes querer
Pero si lo sé, ¿por qué no me dejo a mí misma cumplir con ello?
Quizá la respuesta la tenga frente a mí y mis ojos no consiguen enfocarla
No dejemos de tener presente quiénes somos y dónde estamos
No dudemos de nuestra confianza y nuestro valor
Somos imparables
Y nunca podemos olvidar que podemos escalar todo tipo de montañas, unas serán más altas que otras, pero ninguna se nos va a resistir, porque subir a ellas nos regala tener frente a nosotros unas vistas inimaginables
Y esas vistas son la razón por la que somos y por la que no podemos dejar de ser
Pero si lo sé, ¿por qué no me dejo a mí misma cumplir con ello?

domingo, 1 de marzo de 2020

Todo pasa por algo.


Todo pasa por algo
Una frase que no paro de repetir en mi cabeza
Para convencerme de que todo irá bien
De que todo tiene una explicación
Y de que, si la vida te quita algo, es por una gran razón
La cual no sabremos hasta que transcurra el tiempo
¿Y qué hago mientras tanto?
Siempre optamos por el camino más complicado
Puede que sea porque nos extraña que lo fácil sea tan fácil
Y eso nos asusta tanto que el miedo se apodera de nosotros y nos lleva por el camino más oscuro para convencernos de que, si no vemos, no hay dolor
Cuando realmente si
Aquel que ni con los ojos cerrados podemos evitar
El nuestro
Ese que descuidamos
Ese que más atormenta
Ese que nos destruye tan lentamente que no somos conscientes
Hasta que llegamos al límite
Soy experta en machacarme una y otra vez, culpándome de algo que ni yo misma sé
Porque detrás de todo motivo, solo puedo estar yo
No paran de explotar millones de recuerdos frente a mí
A cada paso que doy
Pero son solo eso, recuerdos
Recuerdos que llegan y se empeñan en generar un vacío inexistente
Que se esfuerzan por hacerte creer una realidad que no es
Que te convencen de que nada nuevo vendrá después de ellos
Ni siquiera una sonrisa
Haciéndote creer que todo se ha acabado ahí y que, la vida, no podrá sorprenderte con alguna llegada inesperada, porque no existirá
Pero una vez más, nos equivocamos
Y es que vale la pena equivocarse para poder levantarse después
Porque la vida siempre vuelve recordándote lo que mereces
Que cada cosa lleva su tiempo y que, ese tiempo, es espacio para centrarnos en nosotros
Para borrar cada miedo que aparezca, porque nos paraliza
Para borrar cada duda que aparezca, porque nos frena
Para borrar todo aquello que nos haga abandonarnos, que nos haga dejar de ser, porque nos aleja
Y es que nada va a lograr hacerme caer
Ni yo, ni el miedo, ni las dudas
Simplemente voy a demostrarme que, a veces, podré sonreír sin ganas pero que, muchas otras, lo haré con más fuerza que nunca
Porque, si, todo pasa por algo
Y yo estaré dispuesta a descubrirlo.

jueves, 30 de enero de 2020

Miedo.


Curiosa palabra “miedo”
Nunca sabemos cómo interpretarla.
Nunca sabemos qué conlleva.
Nunca sabemos cómo reaccionar.
La mayoría de las personas sienten que es algo malo, pero, ¿por qué no transformamos el miedo en ilusión?
El miedo consigue alejar.
Consigue derrotar.
Consigue cerrar.
Y consigue dejar de ser tú mismo.
Pero, realmente, ¿qué tememos?
Tememos conocer lo desconocido.
Tememos sentir lo nunca sentido.
Tememos abrirnos tanto que puedan alcanzarnos y hacernos daño.
Tememos descubrir una parte escondida de nosotros mismos que, realmente, no sabíamos que existía.
El miedo es protección ante la vida, ante las personas y ante ti mismo.
Sin darnos cuenta de que, el miedo, nos quita lo mejor que puede ofrecernos.
Una mejor versión de nosotros mismos.
Un sentimiento que nos hace sentirnos completos.
Sentimos miedo hasta de lo más simple que puede ocurrirnos.
A una mirada.
A una caricia.
A un beso.
Sentimos miedo de aquello que necesitamos para sentirnos bien.
Y yo me pregunto, ¿por qué?
Qué hay de malo en sentir.
Qué hay de malo en conocer.
Qué hay de malo en fijar la mirada en alguien.
Sin miedo no aprendemos pero, sin él, avanzamos.
Debemos valorar qué compensa más.
Quedarnos arriesgando todo por algo que nos hace sentir ilusión
O
Alejarnos encerrándonos en nosotros mismos pensando en lo que puede pasar.
Pasamos el mayor tiempo de nuestra vida preocupados por lo que vendrá.
Olvidándonos de lo que tenemos realmente en frente.
Y, sin ninguna duda, debemos quedarnos con lo que tenemos delante de nuestros ojos.
Quedarnos con la sensación de descubrir algo nuevo.
De descubrirnos a nosotros mismos.
De poder ver lo que alguien consigue sacarnos de lo más profundo.
Sin pensar en un mañana, ni en un ayer, solo en un hoy.
Porque si, el miedo ayuda a no recibir daños externos, pero, no ayudar a evitar los nuestros.
Y esos son los más importantes, los que duelen, los que te hacen llorar, los que te hacen dejar de confiar y los que te hacen dejar de ser.
Y la única misión que tenemos que completar, es vivir siendo.

martes, 21 de enero de 2020

Sentir.


Una palabra de seis letras que produce tanto miedo a aquel que lo experimenta.
Un miedo irreal, que nadie quiere y que nadie entiende.
¿Por qué tener miedo de algo que nos permite vivir?
Si alguien no sintiera, no viviría.
Dejemos de darle importancia a los momentos en los que alguien nos hace sentir mal y comencemos a valorar cuando alguien nos hace sentir bien.
Especial, único e irreemplazable.
Cada fallo que cometemos.
Cada daño que recibimos.
Cada paso en falso que damos.
Son la combinación perfecta para dejar de atrevernos a querer.
O eso queremos creer.
Nadie quiere arriesgarse a conocer y descubrir lo nuevo.
Porque siempre contamos con el fantasma del pasado atado a nuestros pies.
Sin dejarnos avanzar y sin dejarnos crecer.
No debemos permitir que nuestros sentimientos caigan en el silencio.
Nada vuelve a ser igual dos veces.
No todo nos va a hacer escapar.
Llegará algo por lo que merezca la pena arriesgarse.
Por lo que merezca la pena dejarnos sentir.
Y ahí nos daremos cuenta de que no concebimos la palabra vida sin sentimiento.
Porque lo malo nos hace aprender todo aquello que no conocemos de nosotros mismos.
Todo aquello que no conocemos de la vida.
Todo aquello que no queremos en nuestro día a día, que no queremos en nuestra historia.
No hay que tener miedo a los sentimientos.
Porque tenerlos nos hace la vida más fácil, aunque nos empeñemos en complicarla.
Quitemos la venda del corazón, de los ojos y de las manos.
Comencemos a sentir libremente sin la preocupación de lo que pueda pasar, de lo que venga y de lo que desaparezca.
Comencemos a acariciar lo que nos hace sentir especial, a agarrarnos sin miedo a aquello que no queremos perder.
Comencemos a mirar, a apreciar y a valorar aquello que tenemos delante, lo que nos hace sonreír.
Porque si queremos vivir, tenemos que empezar a sentir.